Testigos aseguran que la mujer estaba enamorada de la víctima y lo
llevaba a su vivienda para beber licor. Esta vez, la excesiva ingesta de
cerveza terminó con el asesinato del joven de 27 años
Por: Erika Poma
Cotrado
Un amor no
correspondido habría terminado por costarle la vida al joven Santiago Raúl
Mamani Huaracallo (27), quien murió desangrado producto de una herida en la
pierna causada con un pico de botella. Por lo menos, así lo ha dejado entrever
la serie de contradicciones en las que ha caído el asesino confeso, Elmer
Martirez Zanga Catacora (21), su pareja sentimental y su madre, quienes
estuvieron reunidos la víspera del día del padre cuando ocurrió el crimen.
Lo que si va
quedando claro es que la familia del occiso sabía que la progenitora del
“asesino de Cecoavi” estaba enamorada de Santiago y lo pretendía cada vez que
iba al puesto de comida que tenían cerca al paradero de la ruta 55 y hasta le
habría ofrecido trabajo en la municipalidad de Ilabaya, donde ella se desempeña
como obrera.
EL CRIMEN
Por versión del
asesino confeso, Elmer Zanga Catacora, se sabe que todo inició el sábado 16 de
junio, cuando él, su pareja Deysi P. J. (17) y la madre de Elmer, Santa Lidia
Catacora Juanillo (37) junto a una amiga de esta última, asistieron a una
pollada que se realizó en un local ubicado frente al grifo Centenario en la
avenida Industrial, donde libaron licor hasta las 5:00 p.m.
Luego optaron por
salir y dirigirse a la vivienda de Lidia ubicada en la Mz. F Lt. 18 de la
Asociación de Vivienda Señor de Locumba del Centro Poblado Augusto B. Leguía
donde siguieron brindando, esta vez con dos cajas de cerveza que compraron en
una tienda vecina.
Un amigo del
asesino, Benjamín Umbo Orozco, se les unió, pero solo por un par de horas y es
que según precisa, debido al avanzado estado de embriaguez que presentaban
“ninguno de los 3 podía mantenerse despierto”.
A partir de la 1:00
a.m. del domingo, Zanga Catacora, quien se había ido a dormir con su enamorada,
se despierta para dirigirse al cuarto de su madre donde bebió 2 botellas más de
cerveza. Minutos después, escuchó los gritos de auxilio de su enamorada.
“Salí corriendo
hacia mi cuarto donde dejé a mi pareja, al prender la luz vi a un sujeto
desnudo, sin pantalón, encima de Deysi que estaba en paños menores porque así la
deje. Entonces al ver eso lo saque inmediatamente (a Santiago) y él reaccionó
golpeándome en la boca con un puñete iniciándose la pelea”, sostiene en su
declaración ante la Policía.
La gresca continuó
hasta que Zanga Catacora rompió una
botella de cerveza en la cabeza de Santiago para luego clavarle el pico de esta
en el muslo izquierdo y luego echarlo a la calle. La herida provocada causó en
la victima un shock hipovolémico que le quitó la vida.
LAS
CONTRADICCIONES
Con la versión de
Zanga Catacora y los resultados del médico legista se puede establecer cómo ocurrió
el asesinato de Santiago; sin embargo, aún está por esclarecerse cuál fue el
verdadero móvil.
Y es que la denuncia
por abuso sexual al que hacen referencia los tres implicados, aún no ha podido
ser comprobada debido a que el instituto de medicina legal no ordenó un examen
para determinar si se consumaron los hechos tal como refiere la propia presunta
víctima.
A ello se suma la
serie de contradicciones en las que ha incurrido cada uno de los investigados y
que podría terminar con el encarcelamiento de más de uno de ellos, al haber
intentado ocultar los verdaderos hechos.
¿QUIÉN AVISÓ EL DECESO?
En sus declaraciones
a la policía, Elmer Zanga Catacora, asesino confeso, explica que fueron
los vecinos quienes al ver a Santiago Mamani Huaracallo desangrándose en plena
calle, dieron aviso a su padre. Más aún cuenta que al verlo así, optó por pedirle
a su madre que lo llevaran al hospital, pero el padre de la victima llegó y se
opuso alegando que ya habían llamado a los bomberos.
Sin embargo, la
madre de Zanga, Santa Lidia Catacora Juanillo asegura que a las 5:00 a.m., hora
en la que se despertó, salió a la calle encontrando al herido, reconociéndolo
como el amigo de su hijo. “Yo me acerqué a él y vi que se trataba del amigo de
mi hijo, no sé sus nombres, pero lo conozco como Santi. Al ver esto me fui a
avisar a sus padres y me entreviste con su papá, el señor Santiago, quien vende
comida en la esquina, en el paradero de la 55. Posteriormente vinieron los
bomberos y dijeron que ya había muerto.”
Pero tanto la madre
y el padre de la víctima aseguran que fue su sobrino quien les comunicó que su
hijo se encontraba semidesnudo en la calle. Entonces, como eran vecinos y se
encontraban muy cerca, el progenitor sacó un pantalón de buzo para vestirlo y
salió a su encuentro, pero cuando llegó, ya había fallecido.
¿QUIÉN LIMPIÓ LOS
RESTOS DE SANGRE?
Elmer Zanga
manifiesta que junto a su madre limpiaron el piso del frontis de la casa y el
patio “porque había manchas de sangre que daban mal aspecto”, no obstante,
asegura que en ningún momento intentaban ocultar los hechos. Además, relata que
tras el enfrentamiento que tuvo con la víctima, lanzó el pico de la botella al
tacho de la basura sin advertirle de ellos a su madre o a su enamorada.
Por su parte Santa
Lidia, madre de Elmer, sostiene que no limpiaron la sangre que se hallaba en el
patio y que fue “el caño que se salió de su lugar lo que inundó todo” permitiendo
que se borren las huellas. También señala que fue ella quien recogió los
fragmentos de vidrio que encontró regados y los puso en su tacho de
basura. En tanto que Deysi P. J. (17)
señala que el agua de la pila del caño se chorreó, pero en pequeña cantidad,
que no abarcó más de un metro.
¿QUIÉN DEJÓ
ENTRAR A SANTIAGO MAMANI?
Ninguno de los tres
ha sabido contar cómo es que Santiago Mamani Huaracallo logró ingresar a la
vivienda para luego presuntamente ultrajar sexualmente a la menor Deysi P. J.
No obstante, algunos vecinos han aseverado que el fallecido estaba dentro de la
vivienda y hasta podría presumirse que haya estado departiendo con los
investigados.
Una vecina de nombre
Juana Rosa Maquera Pari le contó a la madre del fallecido que a las 2:00 a.m.
pasó por la zona y vio que Santiago estaba en la puerta de la casa de Santa
Lidia mientras que desde el interior del predio esta le gritaba “me quieres
pegar”, a la vez que su hijo Elmer le pedía que se tranquilice.
Esta no habría sido
la primera vez que la victima ingresaba a la casa de Santa Lidia. En navidad y
otras fechas festivas, el joven habría asistido a dicha casa para consumir
bebidas alcohólicas, aunque sin contarle a sus padres. “Me decía, le vas a creer
a la gente o a mi” recuerda su progenitor, Santiago Mamani Huallpa.
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